“Sé la mamá que quieres que ellos recuerden”
Qué frase tan simple y al mismo tiempo tan complicada, no?
Creo que la maternidad es algo mucho más profundo y complicado que cualquier
frase célebre o chistosa que podamos encontrar. Sin embargo, hay algunas frases
que dan al clavo, como esta. Y creo que si le rascamos podemos sacar bastante.
Primero hay que pensar, “¿cómo quiero que me recuerden mis
hijos”? (en mi caso, por el momento, “mi hijo”). Claro, lo primero que se me
viene a la mente es que me recuerde como alguien que primero que nada lo ama
más que nada en el mundo, y eso implica que quiero ser una persona con la que
pueda contar, que confíe en mí, que le pueda enseñar cosas buenas y valiosas
para que sea un buen hombre… también quiero que me recuerde como una mamá
divertida y chistosa, que sabe reírse de ella misma y no tomarse todo tan en
serio. Una mamá aventurera, que salga al mundo, que siga estudiando, que nunca
esté cerrada a hacer cosas nuevas, que no le tenga miedo a la vida, más bien,
que la disfrute.
Suena bien, no? Pero el problema de todo esto es que tal vez
yo no soy al 100% como quisiera que me recordara mi bebé. Creo que para poder
cumplir un papel importante y valioso como mamá, primero, antes de soñar e
idealizarnos en el futuro, hay que vernos en el presente (y claro, para esto
también vale la pena echarle un vistazo al pasado). ¿Cómo soy HOY? ¿Cuáles son
mis virtudes y defectos HOY? La persona es dinámica y todos los días se puede
mejorar un poquito más (también empeorar, espero que no sea el caso), pero
aunque siempre estemos en un cambio frecuente, también hay cosas que se quedan
y no cambian tan fácilmente, patrones propios de la personalidad de cada
persona, manías, costumbres… No es que esto nos defina como persona, pero sí es
una parte importantísima de cómo nos perciben los demás. Ahora pensarás, “bueno,
y a mí qué lo que piensen los demás de mí”. Claro, no puedes estar complaciendo
a todo el mundo y hay muchas veces que
no debes dejar que te afecte lo que piensen los demás de ti. Pero personalmente
creo que también hay veces que sí deberías dejar que te afecte lo que piensan
los demás de ti, pero no cualquier persona, sino alguien que te conoce y te
quiere. No podemos ser tan soberbios como para nunca escuchar ni tomar en
cuenta lo que los demás tienen que decir de nosotros. Si tu esposo te dice que últimamente
has estado un poco neurótica, ¿apoco no te importa y lo mandas al diablo? Pues al
final de cuentas, “yo soy como soy y a quién le guste bien, y a quién no,
también”… pues NOOOO!!! Debemos dejar de un lado nuestro ego y escuchar,
aceptar nuestros errores y tratar de mejorar. Creo que si esa es tu mentalidad,
malas noticias, primero: nunca vas a mejorar como persona, segundo: nadie te va
a aguantar y tercero: te estancas! Quien no avanza, retrocede. Y todas esas
cosas padrísimas que pensamos sobre cómo queremos que nos recuerden nuestros
hijos se van muuuy lejos (por no decir otra cosa). Si no estamos dispuestas a
cambiar, a mirarnos desde dentro, a reflexionar, escuchar a los demás y a
aceptar nuestros errores, jamás podremos ser mejores y llegar a ser las
personas que queremos para nosotros y para los demás. Creo que sólo las
personas PERFECTAS pueden darse el lujo de no tratar de llegar a ser algo más,
pues ya lo son. Y esas personas NO EXISTEN. No, no eres perfecta. Si así fuera,
no tendría sentido la vida, pues estarías siempre en tu plenitud y no habría
nada más allá del hoy. Pero sí lo hay, lo podemos experimentar todos los días,
con nosotros mismos y con los demás.
Así que, si quieres que en el futuro te recuerden como “x” o
“y”, sé humilde y empieza a cambiar HOY. Y no te digo que de un día para otro
sólo por quererlo lo vas a lograr. Hay aspectos mucho más complicados de la
personalidad cuyo cambio o mejora es un proceso largo y doloroso. Por ejemplo,
yo, quiero que mis hijos me recuerden como una persona divertida y chistosa. La
verdad la verdad, no me sale natural, soy una persona más seria y más de
procesos y orden, aparte tengo un humor peculiar. Me cuesta ser espontánea y
salirme de mis planes. Esto no es del todo malo, pues me ha servido mucho para
conseguir lo que me propongo y aparte, alguien siempre tiene que poner un poco
de orden no?? No todo es risa y diversión, pero a veces sí podría, no siempre.
El chiste es que, es un aspecto de mi personalidad que siempre me va a costar
trabajo, así soy. Sin embargo, HOY puedo hace pequeñas cosas que me ayuden a
ser más relajada y divertirme un poco más. Si lo hago todos los días, en cosas
que podrían parecer tontas o sin importancia, tal vez en el futuro me empiece a
salir un poco más natural y los demás (en especial mis hijos) lo noten y lo
disfruten, y así me recuerden. Ojo! Tampoco el chiste es que te recuerden como
algo que claramente no eres, por ejemplo, si quisiera que mis hijos me
recordaran como la mejor astronauta mexicana de la historia, pues
evidentemente, aparte de estar loca, algo está mal en mi plan. Hay que encontrar
el punto medio entre ser realistas (es decir, partir desde mi realidad y quién
soy) y ser idealistas (soñar con algo que no eres, pero objetivamente podrías
llegar a ser). Aunque sea un ejemplo muy tonto, el ser astronauta sería
prácticamente imposible para mí, y si llegara a haber un .00001% de posibilidad
de serlo, eso implicaría vivir una vida que no quiero vivir. Pero el ser más
divertida y espontánea sí es algo que podría lograr con el tiempo, sin dejar de
ser yo y evidentemente siguiendo con la vida que quiero tener, me explico?
Así que para ser esa persona que quieres que tus hijos (y
los demás, por qué no) recuerden y admiren:
1.
¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Por qué soy así? ¿Qué
virtudes y defectos tengo? ¿Qué aspectos de mi personalidad son mejorables,
cuáles son más permanentes y cuáles me definen? ¿Cómo me ven los demás y por
qué?
2.
A partir del análisis anterior, ¿Qué podría
llegar a ser? ¿Qué virtudes quiero potenciar y qué defectos quiero corregir? ¿Me
gusta lo que perciben los demás de mí? ¿Qué quisiera que los demás vieran en mí
que tal vez no ven? *Ojo, recuerden el punto medio entre realista e idealista
3.
¿Qué acciones en concreto puedo empezar a
realizar en el día a día para empezar a lograr ser así? (deben ser cosas
chiquitas, pero constantes). Pide ayuda! Pídele a las personas más cercanas que
te recuerden lo que estás tratando de cumplir.
4.
HAZLAS!!!
5.
Seguimiento: De vez en cuando pregúntate a ti
misma si has visto algún cambio en ti. ¿Te sale más natural? Pregúntale a
aquellas personas más cercanas si han viso mejoría, pídeles consejo.
Recuerda, es difícil, pero no imposible. Todos podemos
mejorar si queremos, pero es más fácil cuando nuestra motivación es nuestra
familia, no lo creen?
Bueno, basta de tanto debraye, Sebastián ya se despertó y mi coffeebreak terminó =( No estamos leyendo!